Maltratos, torturas, hacinamiento, falta de servicios médicos, entre otras vejaciones, son parte de la situación infrahumana que viven los prisioneros políticos en Baréin, detenidos sólo por utilizar su derecho a la libertad de expresión.
La situación deplorable de las cárceles del régimen de Al Jalifa y la falta de atención humanitaria habría costado la vida el pasado 11 de octubre al ciudadano bareiní Yusef Ali al-Nashmi, quien fue detenido en agosto pasado en el marco de la brutal represión de las tropas de seguridad del régimen contra una manifestación popular.
Zainab Abdulaziz, la abogada del fallecido que murió después de ser trasladado a un hospital, condenó el sábado a los funcionarios de la prisión por ignorar el empeoramiento de la condición de salud del recluso.
Denunció que las autoridades penitenciarias del régimen de Baréin "esperaron demasiado tiempo para proporcionar tratamiento médico" e ignoraron el deterioro de la salud de Al-Nashmi.
Abdulaziz también, afirmó que las autoridades hospitalizaron a Al-Nashmi después de que cayera en coma el 23 de septiembre.
Un gran número de personas acudieron el sábado al funeral de Al-Nashmi en Jidhafs, un suburbio al oeste de Manamá, capital bareiní. Los manifestantes marcharon hacia la capitalina Plaza de la Perla, el emblemático lugar donde iniciaron las protestas antigubernamentales en el pequeño reinado del Golfo Pérsico.
Los indignados corearon consignas contra el despótico sistema de Al Jalifa, y exigieron "la caída del régimen".
La Policía usó granadas de sonido y gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes. La violencia policial dejó herido a un manifestante.
Desde el 14 de febrero de 2011, Baréin es escenario de manifestaciones populares que son reprimidas por las fuerzas de seguridad, secundadas por las tropas de Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos (EAU), y con el apoyo logístico de países occidentales, principalmente de Estados Unidos.
Zainab Abdulaziz, la abogada del fallecido que murió después de ser trasladado a un hospital, condenó el sábado a los funcionarios de la prisión por ignorar el empeoramiento de la condición de salud del recluso.
Denunció que las autoridades penitenciarias del régimen de Baréin "esperaron demasiado tiempo para proporcionar tratamiento médico" e ignoraron el deterioro de la salud de Al-Nashmi.
Abdulaziz también, afirmó que las autoridades hospitalizaron a Al-Nashmi después de que cayera en coma el 23 de septiembre.
Un gran número de personas acudieron el sábado al funeral de Al-Nashmi en Jidhafs, un suburbio al oeste de Manamá, capital bareiní. Los manifestantes marcharon hacia la capitalina Plaza de la Perla, el emblemático lugar donde iniciaron las protestas antigubernamentales en el pequeño reinado del Golfo Pérsico.
Los indignados corearon consignas contra el despótico sistema de Al Jalifa, y exigieron "la caída del régimen".
La Policía usó granadas de sonido y gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes. La violencia policial dejó herido a un manifestante.
Desde el 14 de febrero de 2011, Baréin es escenario de manifestaciones populares que son reprimidas por las fuerzas de seguridad, secundadas por las tropas de Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos (EAU), y con el apoyo logístico de países occidentales, principalmente de Estados Unidos.
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